TOMADOS DE LA MANO

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Observo tranquilo como dos personas están sentadas, cada uno con un teléfono, riéndose de algo que ven. Parece todo normal, solo que alcanzo a ver que su hijo de aproximadamente 7 años, los mira. Y aquí comienza mi viaje.

Detrás de mi mamá, hay una ventana muy grande, pero veo que ella se ríe mirando un video chistoso. Mi papá hace lo mismo. Se ven divertidos. Me paro en el asiento largo en que estoy sentado. No es muy cómodo, es duro. Ellos no me hablan, solo siguen mirando sus teléfonos. Quiero comer algo pero no se como pedirlo. También quiero ir a los juegos y le pregunto a mi mamá, pero me reta. Dice que me quede tranquilo.  Mi papá no dice nada. Sigue mirando su teléfono. Me paro en el pasillo, camino un poco para ir a la ventana. Pero me devuelvo, me da susto, hay personas mayores cerca de ese lugar. Vuelvo a la mesa, y trato de llamar a mi mamá, pero ella no me entendió y volvió a decirme que me quede tranquilo. Me pregunta si quiero agua, le digo que no, pero la verdad, si quiero…no se porque dije eso. Tengo hambre y calor. Hace muuucho calor. Mis papas siguen sin mirarme, siguen con sus teléfonos.

Vuelvo de mi viaje, vuelvo y miro este cuadro que quise fotografiar, y que no alcanzo. Pensé en dibujarlos, pero después digo, para qué, si es un cuadro que he visto repetido cientos de veces en estos años. Ya estamos en el 2017, y me  proyecto al futuro, y puedo ver, que la escena se repite exactamente igual y ¿porqué?

Somos seres humanos, tenemos cerebro, tenemos la capacidad de autoconocimiento, de aprender de nuestros errores, y todo sigue igual. Desde los inicios de nuestra historia hasta hoy Y ¿porqué?

La respuesta parece estar siempre dentro de nosotros. Siempre es individual aunque busquemos dentro de miles de teorías científicas. Esa pequeña chispa de “darnos cuenta”, no todos la alcanzan a tiempo.

Mi amigo Leo nos dijo en una entrevista, que las palabras se las lleva el viento, y que los actos son los que quedan.

Pensando en lo que comentó, trato de entender el cuadro que presencié: padres que no ven a sus hijos, padres que sienten que todo lo hacen bien, padres que hablan y compran cosas. Pero veo sus actos, sus acciones, y si la teoría de mi amigo es cierta, son estos hechos los que perdurarán.

Tal vez,  el pequeño de siete años, lo único que recordará cuando sea mayor, es un momento, un cuadro casi de dibujo, que cuando trató de hablar con sus padres, no pudo hacerlo.

Se van juntos. Toman al niño de la mano.. pero ahora sonríen todos….

Y prefiero quedarme con este dibujo. Prefiero recordar a un niño, que esta tranquilo, con sus amados protectores, tomados de la mano.